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© Isabel y Luisa Goig |
| EL FOLCLORE DEL TARRAGONÈS | |||||||||||||||||||||||||
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La segunda vía ha sido utilizada ya por estudiosos del folclore tarragonés, como Joan Amades, por ejemplo y, tratando de relacionarlo con las manifestaciones de otros pueblos, Julio Caro Baroja. Nosotros seguiremos a ellos, sobre todo, conscientes de que poco o nada podemos aportar a las teorías de estudiosos de esta envergadura. Sí que, imitando a Caro, intentaremos relacionar algunas manifestaciones de la Nueva Cataluña con otras que nos son muy conocidas, como las castellanas en general y la soriana en particular. En Soria ha dejado honda huella cultural –incluida el habla- Aragón, por lo que esta comunidad sirve de puente entre dos nacionalidades tan, en principio dispares, como la castellana y la catalana, uniéndolas, como se verá, mediante el folclore.
Como casi todos los ritos que se mantienen en el Tarragonés –y en casi todo el mundo- son una superposición de elementos. Aunque las generaciones puedan estar conectadas sin problema en número de veinte –una abuela o bisabuela enlaza con su propia bisabuela transmitiendo a la vez a cuatro o cinco generaciones más- es lógico que los elementos se superpongan. En la zona del Tarragonés, hasta el cristianismo, los habitantes irían mezclando al propio sustrato ibero (tal vez ya mezclado) –unas veces de buen grado y otras por imposición- ritos y costumbres de fenicios, griegos y romanos. Después, con el cristianismo, todo fue trastocado, cristianizado, pero siempre sobre la base de lo popular. Y aún en estos veinte siglos, se han añadido elementos tomados de otras regiones, también mezclados. Por lo que el desbrozar dónde está lo auténtico, incluso llegar a saber qué es ello, resulta muy difícil.
Sandra Gimeno i Vila, antropóloga, nos envía sus interesantes ensayos, queremos darle las gracias por confiar en nosotros. © Una mirada sobre el Tarragonés |
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Decía Laín Entralgo que eran dos las vías que la mente utiliza para la aprehensión intelectual de lo real; por un lado el contacto inquisitivo, vía observación, experimentación o especulación entre ella y la realidad que pretende conocer; otra, el estudio metodico y sistemático de las sucesivas respuestas del hombre frente al espectáculo o presión de esa realidad.
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