HISTORIA Jaime IV. Un rey de Mallorca enterrado en Soria |
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Hace unos días recibíamos un correo electrónico desde Mallorca en el cual se nos pedía información sobre un príncipe mallorquín, desgraciado, que vino a morir a tierras sorianas y estaba enterrado en el convento de San Franciso de la capital. Nunca habíamos escuchado esa historia, pero de inmediato consultamos la fuente más a mano, el Pascual Madoz y, en efecto, apenas tres líneas se dedicaban a la noticia. Quién podía ser este príncipe desgraciado. La Enciclopedia nos dio el dato: Jaime IV de Mallorca, nacido en Perpiñán en 1336 y muerto en Soria en 1375. A partir de ahí hemos investigado, y este es el hecho histórico acaecido en Soria, en la segunda mitad del siglo XIV. Sobre el solar del reino islámico árabe (Islas Orientales de Al-Andalus), almorávide y almohade (cuyo último walí independiente fue Abu Yahya), Jaime I el Conquistador, con su "Carta de Franquesa" (1230), constituyó el reino cristiano de Mallorca. A su muerte, en 1276, y según su testamento, además del dominio insular de las Baleares (Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera, Cabrera e islas menores), incluyó el Rossellón, el Vallespir, el Conflent, Carlades, Omelades y Montpellier, en en sur de Francia. La dinastía de los reyes de Mallorca se inició, pues, con Jaime I el Conquistador (Jaume I el Conqueridor), rey de Aragón, educado en el castillo de Monzón por los Templarios, casado con Leonor, infanta castellana, hija de Alfonso VIII, y suegro de Alfonso X el Sabio. El día 6 de septiembre de 1229, el monarca avistaba la costa mallorquina de poniente, la Madina Mayurqa de los musulmanes. El día anterior había zarpado, con sólo 21 años, con sus naves, caballeros y peones, de los puertos catalanes de Salou, Cambrils y Tarragona. De Salou salió el propio monarca, concretamente desde la Platja dels Capellans. Siglos después, el escultor Salvador Ripoll sería el encargado de moldear un monumento en honor del Conquistador, que puede admirarse en ese bello pueblo de la Costa Dorada. La conquista de la Mallorca musulmana se había fraguado en Tarragona, concretamente en la casa del mercader Pere Martel.
Jaime II el Buen Rey (Montpellier 1243-Mallorca 1311), fue el hijo segundo del Conquistador y de su segunda mujer Violante de Hungría. Se tuvo que declarar vasallo de su hermano mayor, Pedro III el Grande de Aragón. Uno de sus preceptores fue Raimon Llull. Sucedió su segundo hijo, Sancho.
El 29 de marzo de 1344, en la capilla del Palacio Real de Barcelona, Pedro IV el Ceremonioso, declaraba la unión del reino de Mallorca a los de Aragón y Valencia y al condado de Barcelona, es decir, privaba a su cuñado, marido de su hermana Constanza, a la sazón reina de Mallorca, de su reino, a él y a sus sucesores, sus propios sobrinos. Con la ayuda del rey de Francia, Jaime III intentó recuperar su reino. El monarca, al enviudar de Constanza, había vuelto a casar con Violante de Vilaragut, quien aportó una dote de 15.000 florines de oro, destinados a recuperar el reino perdido, pero como la cantidad fuera insuficiente, Jaime vendió Montpellier a Francia. La guerra fue inevitable entre el usurpador rey de Aragón y en legítimo monarca mallorquín. La muerte de Jaime III, considerada por la Historia un vil asesinato, acaeció en la Batalla de Llucmajor (25 de octubre de1349). Algunos historiadores señalan esta fecha como el fin de la independencia del Reino de Mallorca. Su muerte prepararía el camino a la desgraciada vida de su hijo, el infante Jaime, en la Historia Jaime IV de Mallorca, rey en el exilio, quien fue testigo de la decapitación de su padre, con tan sólo 11 años y herido él mismo.
En 1363 casó con Juana I (Nápoles, 1326-Amberes, 1382), de la Casa de Anjou, reina de Nápoles (1343-1382), hija de Carlos, duque de Calabria, y de Margarita de Valois. Juana había casado, sucesivamente, con Andrés de Anjou, Luis de Anjou-Tarento (que la apartó del poder), y, a la muerte de éste, casó con Jaime IV, a quien tuvo alejado del poder, sin concederle más que el título de duque de Calabria.
Jaime, al separarse de Juana, marchó a Francia en busca de auxilio para recuperar el reino de su padre, pero fracasó debido al buen entendimiento que había entonces entre el rey de Francia y el de Aragón. Entabló negociaciones con Pedro I de Castilla (el Cruel o el Justiciero, según quien le enjuicie) y con Eduardo de Inglaterra (el Príncipe Negro, apelativo que se debió al color de su armadura) y participó en la batalla de Nájera (1367), pero cayó en poder de Enrique II de Trastámara, hasta que fue rescatado por Bertrand du Guesclin, personaje que con el tiempo llegaría a ostentar el señorío de Soria. En 1374 decidió reclamar el reino de Mallorca, para lo cual emprendió una campaña militar contra su tío, Pedro IV de Aragón. Penetró en Cataluña con una hueste de unos 6.000 hombres, pese a su táctica de hostigamiento, al cabo de más de un año de operaciones infructuosas, su ejército, fracasado, tuvo que atravesar la frontera castellana.
De la presencia del futuro rey Juan I en la villa adnamantina se conservan documentos. Entre el 8-4-1375 y 20-4-1375 se fecharon cartas en Almazán. La del 8-4-1375, se trata de una carta misiva del infante D. Juan al concejo de Murcia, comunicándole las paces firmadas con Aragón. Otra, de fecha 12-4-1375, en la que se hace "Traslado de un albalá del infante don Juan, ordenando se pregonen las paces firmadas con Aragón". De 14-4-1375, hay una "Provisión del infante don Juan al Concejo de Murcia odenando se pregonen las paces firmadas entre Castilla y Aragón". De 20-4-1375, "Carta misiva del infante don Juan al Concejo de Murcia, pidiéndole un servicio para los gastos de su casamiento con doña Leonor de Aragón". De 23-6-1375, se conserva, fechada en Soria, una "Carta misiva del infante don Juan al Concejo de Murcia, comunicando su complacencia por los maravedíes concedidos para su casamiento". Jaime IV de Mallorca fue a morir a Almazán y el infante Juan le traslado con toda pompa a Soria, mandando se le enterrara en el convento de San Francisco. El infante heredero de la corona de Castilla se casó en Soria, el 18-6-1375, con Leonor, hija de Pedro IV de Aragón el Ceremonioso, precisamente, según Zurita, en la iglesia del Monasterio de San Francisco de Soria, en el mismo recinto donde se acababa de enterrar al rey de Mallorca. Con motivo de su matrimonio, "El infante Juan dispuso que se le cantase en esta iglesia una misa de la Trinidad cada día, concediendo a cambio a los frailes un juro perpetuo de 4.000 maravedíes sobre la martiniega de Soria". Veamos ahora cómo cuentan el hecho de la muerte de Jaime los cronistas e historiadores. Pero Lopez de Ayala, en su "Crónica del Rey Don Pedro y del Rey Don Enrique, su hermano, hijos del rey don Alfonso Onceno", dice, en el capítulo VII: En este año [1375] el rrey don Enrrique sopo commo el infante de Mallorcas, sobrino del rrey de aragón, fijo de su hermana, e fuera fijo de don Jaymes, el que fuera rrey de Mallorcas, e lo priuara del rregno el rrey de Aragón, e agora este infante casara con doña Iohana rreyna de Napol e se llamaua rrey de Napol. E el e la marquesa de Mont Ferrat su hermana con grandes conpañas, entraron en el rregno de Aragon e fizieron guerra por causa e rrazon del dicho rregno de Mallorcas, que dezian que pertenesçia al dicho infant de Mallorcas, que agora era rrey de Napol. E era ý por capitan de esta gente un cauallero de Bretaña que venia con ellos, al qual dezian mossen Iohan de Malestret, e fazian guerra en Aragon por titulo del rreynado de Mallorcas, segund dicho es. E por quanto el rrey don Enrique estaua quexado del rrey de Aragon por que le non daua a su fija la infanta doña Leonor, de quien fuera puesto casamiento con el Infante don Iohan su fijo del dicho rrey don Enrique plogole de la dicha guerra e avn non estoruaua nin estrañaua algunos suyos que ayudassen al infante de Mallorcas que agora era rrey de Napol. E entrauan por algunas partidas en Aragon diziendo que lo fazian por su propia voluntad syn mandado del rrey don Enrique. El el rrey don Enrrique e el infante de Mallorcas que se llamaua rrey de Napol e la infante su hermana, que era marquesa de Mont Ferrand, desque anduvieron grand tienpo en Aragon faziendo guerra, fallesçieron les las viandas e desque vieron qe las nos pudian auer, por las grandes fortalezas que son en Aragon, e estauan muchos castillos en los caminos por do ellos andauan e eran en ellos muchas conpañas, e por tanto sallieron a tierra de Castilla por rrefrescar e tomar algund espaçio, ca andauan muy enojados e sallieron a tierra de Soria e de Almaçan. En el capítulo VIII, continua: Luego que el rrey de Napol e su hermana la marquesa de Mont Ferrad e las conpañas que con ellos eran llegaron a comarca de Soria, morio ý el rrey de Napol de su dolençia. E fue enterrado en la çibdat de Soria en el monasterio de Sand Françisco. E el infante don Iohan, que era fijo del rrey don Enrrique, el cual fue despues rrey, que era en esta comarca, fizolo enterrar muy honrradamente en el monesterio de Sand Françisco de Soria. E otrossi rresçibio muy bien a la infante de Mallorcas su hermana, marquesa de Mont Ferrad e a todas las conpañas que venian con ella, e mossen Iohan de Malestret, que era el mayor capitan que alli venia, e fizoles dar muchas viandas e partio con ellos de sus joyas. E de alli tomaron su camino para Gascueña e se tornaron para sus tierras. Julio Valdeón amplía la lucha del rey de Mallorca por la raya soriana y el apoyo de algunos nobles. De hecho en el otoño de 1374 el conde de Medinaceli, Bernal de Bearne, y el caballero bretón Jofre Richard, señor de Aguilar de Campos, entraron en tierras aragonesas por la comarca de Medinaceli y posteriormente por la zona de Borja, robando ganados y proclamando que hacían la guerra por el infante de Mallorca. Enrique II, ante las quejas formuladas por Pedro el Ceremonioso, respondió que aquellos caballeros eran de todo punto incontrolables. Por si fuera poco, el conde de Carrión y Alonso Yáñez Fajardo entraron en el reino de Valencia, causando grandes destrozos hasta la localidad de Crevillente, cuyo castillo conquistaron. La aventura del infante Jaime de Mallorca duró poco tiempo, tanto por las dificultades objetivas que tenía para vencer al rey de Aragón como por sus escasos medios, tanto militares como económicos. ‘Fallescieronles las viandas, é despues vieron que nos las podias aver... salieron á tierra de Castilla por refrescar é tomar algun espacio, ca andaban muy enojados, é salieron á tierra de Soria’. Cuando ya habíamos dado por finalizado este apunte histórico (del que continuaremos dando cuenta según vayamos recibiendo más información), hemos recibido un documento más de Josep Mas, de Mallorca. Josep nos puso sobre aviso del hecho histórico, él forma parte de un grupo más amplio interesado en la localización de los restos del rey Jaume, para lo cual no regatean ningún esfuerzo, dando ejemplo de amor a su tierra y a su Historia. Este documento procede del historiador Lecoy de La Marche, del Archivo Nacional de Francia, y llevó a cabo una investigación sobre la casa Anjou (reyes de Francia), y su relación con el reino de Mallorca. El documento, escrito en francés, ha servido de ayuda para localizar el testamento de Jaume IV. Por este documento sabemos que el rey sufrió una mal misterioso en "le Val de Soria, sur les bords du Douro". Suponemos, por las crónicas, que se está refiriendo a Almazán. Aparece el "comte de Medina", con toda seguridad el entonces conde y a partir de 1479 duque de Medinaceli, a quien Julio Valdeón ubica por la zona en los años de la muerte de Jaume IV. El desgraciado infante de Mallorca había nombrado heredera a su hermana Isabel, muerta en 1404, quien utilizó, hasta su muerte, el título de Regina Majoricarum, Reina de Mallorcas, y sin perder las esperanzas de recuperar el Reino, residió en su exilio del Castillo de Gallargues, Señorío de Pezenas, que le cedió Carlos IV de Francia. Casó con Juan Paleólogo, Marqués de Montferrato, y después con el caballero alemán Conrad von Reichach, con el que tuvo un hijo llamado Miguel. Murió en París y con su muerte termina la dinastía de los Reyes de Mallorca. Pelayo Artigas dice: "En sitio ignorado de esta iglesia (San Francisco) fue inhumado el rey de Nápoles don Jaime de Mallorca, que, habiéndose visto obligado a refugiarse en Castilla, después de sus frustradas tentativas hechas en Aragón, para recuperar la corona de Mallorca, perdida por su desventurado padre, cayó enfermo en Almazán, donde murió a primeros de 1375, y hallándose entonces, en la comarca, el infante Juan (después Juan I), dispuso, con toda pompa, su traslado a Soria, para sepultar su cadáver en en convento". Jaime IV de Mallorca fue una víctima más de las intrigas entre la realeza, que en nada mitigaban los matrimonios entre miembros de la misma familia. Su antepasado, Jaime I el Conquistador, queriendo ser justo con sus hijos, cometió un error que pagaron sus descendientes: dividir entre sus hijos el reino.
Importantes familias sorianas tuvieron en el interior de la iglesia del monasterio enterramientos. Los Veras, los Arellanos (mariscales de Castilla y señores de Ciria y Borobia), los Morales, los Beltranes, los Calderones, los Heras y los Aguileras. En el año 1618 según unos historiadores, y en 1623 según otros, se quemó todo el convento primitivo, excepto la iglesia, siendo construido de nuevo con la ayuda de todos los sorianos que pudieron. En 1812 se ordenó la destrucción para evitar que los franceses pudieran fortificarse en él, aunque sólo se quemó la capilla mayor y el crucero de la iglesia, los lugares donde se asentaban la mayoría de los enterramiento, quedando intacto la parte del convento.
Bibliografía: Artigas, Pelayo. Los conventos franciscanos de Soria. Boletín de la Sociedad Española de Excursiones (tirada aparte). 1928. Colección de Documentos para la Historia del Reino de Murcia. Documentos de Enrique II. Academia Alfonso X El Sabio. CSIC Lopez de Ayala, Pero. Crónica del Rey Don Pedro y del Rey Don Enrique, su hermano, hijos del rey don Alfonso Onceno". Ediciones críticas. Buenos Aires, 1997. Madoz, Pascual. Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico. Soria. Ámbito. 1845-1850. Valdeón Baruque, Julio. Reyes de Castilla y León, Enrique II (1369-1379). Diputación provincial de Palencia. Editorial La Olmeda, 1996. © Isabel Goig Soler
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