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 El término de Banyeres está drenado por la riera del mismo nombre. Abundan las aguas subterráneas, lo cual no es frecuente en la plana del Baix Penedès.
 Se menciona el término en 938 (fecha en la que se data también su castillo) en una confirmación de las posesiones al Monasterio de Sant Cugat del Vallès a cargo del rey franco. Del castillo sólo permanece, en un alto, una torre redonda de vigilancia medio derruida. Fue conocido también como castell de la Guardia de Banyeres, mencionado en 986, 1002 y 1007 como propiedad de San Cugat. Antes de poder consultar las fuentes escritas, las piedras nos hablan de habitación durante la Edad del Hierro, los íberos y los romanos, como no podía ser menos, en una zona tan abundante en agua.
  Pueblo apacible, su visita nos llevará hasta la plaza de l’Om, a la que da nombre el magnífico olmo centenario, alrededor del cual se bailan sardanas y se levantan castillos en la fiesta mayor. Forma conjunto con una fuente de piedra y naranjos. En esa misma plaza está la Iglesia parroquial de Santa Eulalia, de finales XVII. Un arco da paso a la calle de casas nobles que conduce al castillo, a un restaurante de tres estrellas, L´hort de la avia y al museo Josep Cañas.
El legado que este artista donó a su pueblo natal, en 1998, y que formó parte de la Fundación que lleva su nombre, incluyó la casa pairal y una numerosa colección de obras de arte y objetos personales, lo que confiere a la exposición un aspecto cercano a la vida artística de este escultor y dibujante.
 Desde la plaza de L’Om, desciende una calle ancha, flanqueada por olmos, donde está ubicado el ayuntamiento, construcción reciente, junto a una casa de aspecto modernista pintada con tonos ocres y rojos. Todo el aspecto de Banyeres es rural y noble a la vez. Tiene un bar de los años setenta, grande, tipo casino, con ventanales de arco de medio punto, revestimientos y decoración de madera.
La primera bodega de la Cooperativa Agrícola se fundó en 1918. Ahora cuenta con cien socios. La agricultura es la misma que en toda la plana del Baix Penedès: viña, cereal, olivo, almendro y algarrobo, lo que complementan con alguna industria textil y química y otras pequeñas, como talleres.
 Lo más notable de Banyeres, desde el punto de vista artístico, es la Ermita de Santa María del Priorat, edificio románico-transición al gótico, rodeado de pinos, junto al cementerio. Se eleva junto a la ermita un importante mausoleo gótico (más bien neogótico), perteneciente a la familia Torras. En el interior del templo hay un sarcófago de piedra con restos, que tal vez pudieran pertenecer a los antiguos priores. Esta ermita es el último vestigio de un antiguo priorato benedictino que existió desde el siglo XIII. En 1574 se le menciona como Monasterio de Santa María de Banyeres. En el año 1592, la iglesia del Priorat y sus bienes fueron unidos al Colegio de Benets de Lleida y más tarde al del Sant Pau del Camp, entonces ya hacía tiempo que el cenobio no tenía comunidad. Actualmente depende del Monasterio de Montserrat.
 De entre las masías notables que forman un auténtico conjunto monumental, escogimos la de  Mas Roig para su visita. Este enclave rústico, a pesar de su explotación moderna, al igual que la casa, tiene la curiosidad de albergar, en el interior de la hacienda, un pequeñísimo edificio pintado de blanco, se trata de una ermita levantada en honor de Sant Roc, patrón de los apestados, cuyo culto se extendió por toda España a raíz de las epidemias de peste que asolaron las villas y aldeas.
Pero es necesario mencionar otras. Propiedad del conde del Asalto y más tarde de sus hijos, es Casa Sabartés, del siglo XIX, rodeada de torres cilíndricas. En cuanto a la Casa Murada, de la misma época, tiene en su interior una pequeña ermita y una gran torre cuadrada que destaca por encima del conjunto.
 En Banyeres, durante el mes de octubre, y desde 1984, celebran la fiesta de la vendimia. Se visten los niños con ropas típicas y pisan los racimos, se recoge el mosto, se hace un pasacalles con carros y tartanas cargados de portaderas y se termina en la iglesia donde tiene lugar la bendición del mosto. En febrero homenajean a Santa Eulalia y la Fiesta Mayor tiene lugar en el segundo fin de semana de julio, con la participación de grupos folklóricos del pueblo, entre los que destaca el Correfoc, que se corrió por primera vez en 1982. Las puntas a coixí se han convertido ya en tradición, como en todo el Baix Penedès.
 Culturalmente, Banyeres comparte la inquietud de todo el Baix Penedès por las tradiciones autóctonas y catalanas en general. Cuentan con grupo de teatro, caramellas, coral, grupo de Diables, grupo de Grallers, un drac y un grupo de Habaneras llamado El Cérvol. Convocan un certamen literario que lleva el nombre de Josep Cañas.
En 2005 se han estrenado unos goigs a Sant Miquel, cuya letra se debe a Salvador Arroyo Julivert y la música a los arreglos de tonadas populares llevadas a cabo por Joan Figueras Tuset.
Si las  barracas de piedra seca abundan en el Baix Penedès y en buena parte del Tarragonès, es en Banyeres donde pueden verse las más interesantes y mejor conservadas, además de otras pequeñas edificaciones en piedra, como lagares, norias, aljibes, refugios y pozos revestidos. La curiosidad de estos pequeños edificios está en la cubierta, forrada de piedras, cascajos y tierra prensada con plantas, entre las más usadas los lirios de Sant Josep, para cohesionar la amalgama. Existen tres rutas o itinerarios para ver estas pequeñas pero interesantes construcciones populares: la del núcleo de Banyeres; la que va de Saifores a la plana de Cal Mata; y la de la urbanización del Priorat a l’Albornar. Todas pueden hacerse a pie o en bicicleta.
© Isabel Goig e Israel Lahoz
 "Una mirada sobre el Baix Penedès"
https://tarragona-goig.org
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