EL ENTORNO RURAL Las barracas de Piedra Seca |
Por todo el Baix Penedès, y en general por las tierras de Tarragona, se asientan las barracas de piedra seca, parecidas, pero más grandes, a las guardaviñas riojanas. Dice Sandra Gimeno i Vila, en su trabajo sobre estos rústicos edificios que puede leerse en esta misma página, que a veces la barraca se levantaba en una sola jornada, por los propios pageses, colocando las piedras hilera a hilera, sin conglomerado alguno que las uniera, a lo que debe su nombre. En mitad de la viña, a su vez bordeada de olivos, el viajero piensa que nada existe en el paisaje más auténtico que estas barracas. En ellas, además de guardar los aperos necesarios, el pagés se protege del sol inclemente, o del viento recio, o de los algarazos, todo ello propio del clima mediterráneo de Tarragona. Y dentro, mientras sufre por si un rayo le malogra el olivo centenario, o la lluvia a destiempo hará que la uva sea floja, come una butifarra de Vic y bebe el vino del Penedès de la cosecha pasada. Como todos los agricultores, siempre pendientes del cielo. © Isabel Goig |
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