MUNICIPIS I ENTITATS DE L'ALT CAMP Aiguamùrcia |
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Como pueblo tiene poco historia, tan poca, que ni Amades se fija en él. Toda se quedó en l’Albà Vell. Los habitantes, desde que se repartieron entre los pueblos de alrededor, Aiguamúrcia entre ellos, están haciendo su propia historia para que con los años pueda ser contada.
El origen del municipio de Aiguamúrcia se encuentra en los castillos de Celma y l’Albà, grandes jurisdicciones del siglo XII, que acabaron disgregándose en pequeños lugares que hoy forman el municipio de Aiguamúrcia, pero que antes habían formado el de l’Albà, localidad esta moderna, que nada tiene que ver con la que se conoce como l’Albà Vell. Como en el caso de Pla de Manlleu, en tiempos relativamente recientes se bajaron al llano, abandonando el pequeño pueblecillo que había surgido a los pies del castillo. Para acceder al castell de l’Albà se pasa por el antiguo pueblo deshabitado y por la iglesia de Santa Maria, donde los fieles acudían a cumplir con sus ritos católicos, y de la que sólo quedan vestigios del ábside. Encima de ella está el castillo, perteneciente a la familia Albà, después Salbà, los mismos que fueron señores de La Bisbal del Penedés, donde también tuvieron casa.ner entidad suficiente L’Albà, pues en su Costumari Amades recuerda que en agosto, el día 16, celebraban su fiesta en honor de Sant Roc con representación de baile. El protagonista anava vestit de pelegrí amb bordó i esclavina i duia el barret adornat amb petxines cosides i una ploma blanca, com si vingués del sepulcre de Sant Jaume. Duia l’alt bastó amb la carbasseta penjada. Anava amb un camal de les calces arremangat i deixava veura una cama nua, damunt de la qual portava, simulades, un seguit de nafres. Un gosque li feia de company, en diferents moments de la farsa li llepava les nafres. Per tal que la bestiola no refusés de fer la seva comesa en el sentit indicat, les falses nafres eran cobertas amb sucre roig, que les feia dolces i alhora els donava un color adient per el cas. Aparecía también un diablo que tentaba a Roc. Durante la representación el santo obraba varios milagros. Otro ball que se representaba en l’Albá era el de Sant Ramon, hace muchos años.
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Aiguamúrcia, 68 |
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